En algún cuento leí una vez que los carruajes de Santa Claus que normalmente jalan los renos se habían descompuesto y fue justo en los días más ocupados en los que deben repartirse los regalos a todos los niños del mundo. Entonces, Santa Claus tuvo que tomar una decisión urgente sobre qué hacer para que todos los regalos llegaran a su destino. Entonces, Papá Noé tuvo que montar en sus renos y dar muchas vueltas para poder entregar todos los presentes a los niños que se habían portado bien. De esa forma, pudo salvarse la Navidad y se vieron caritas felices por todo el mundo...