18 may 2012

Fotoreportajes especiales: Ozumba, Estado de México.

Alguna vez, alguien ha visto árboles correr con sus raíces retorcidas, como arañas patonas… ¿No? Pues si yo fuera árbol y estuviera justo en las faldas del volcán, juro que lo haría, pero no, no sucede así, ni con la gente; aún en ésta época de tremores y erupciones.

Las personas, como todos los martes, llegan puntuales, a su ancestral costumbre de vender, comprar y truequiar productos, en el típico tianguis de Ozumba de Alzate, en el Estado de México; no importa que llueva, truene, o caigan cenizas del enojado don Goyo, como también se le conoce al Volcán Popocatépetl... {leer todo}

LLUEVA, TRUENE O CAIGAN CENIZAS, EN OZUMBA, EL TIANGUIS ES LEY

Visitar el tianguis de Ozumba, es revivir cada martes, la sorprendida mirada de Bernal Díaz del Castillo, el soldado cronista, que describió el mercado de Tlatelolco.
Dar una vuelta por el popular tianguis de Ozumba de Alzate, cuyo origen se ubica a principios del siglo XVII, es sentir en la piel, una necesidad que va más allá de la simple tradición de proveerse de alimentos.El tianguis, representa sobre todo para las comunidades indígenas y rurales un vínculo social mediante el cual se refuerzan lazos de parentesco y amistad, donde también se informan de los aconteceres de las comunidades.Independientemente de comprar cualquier insumo, se hace amistad con almas que tienen tras de sí, una historia, un nombre y que traen sus productos de distintas regiones de la zona e incluso, de estados como Guerrero, Puebla, Tlaxcala, Morelos y Michoacán, con quienes se comparten experiencias y se convive en sus fiestas…

Llega gente de otros estados o de los más de 35 poblados aledaños como Chalco, Xico, Huecahaxtla, Metepalcingo, Amecameca, Metla, Cuautla, Tlalmanalco, Acalzingo, Ayapango, Tepetlixpa, Ecatzingo, Nepantla o Yecapixtla, de donde proviene Don Regino Méndez flores y su señora esposa Matilde Franco Besares, quienes son ya, los únicos artesanos de huaraches en todo el tianguis.


O las señoras María Aguilar y Victoria Rosal Barragán, que vienen de San Miguel Atlautla, quienes deleitan a los visitantes con unos exquisitos tlacoyos rellenos de frijol, requesón, haba y champurrado, atole blanco, etc.

A la señora del atole de calabaza, al igual que doña Lina, la señora que prepara un delicioso atole de trigo y que viene de Atzingo, a ellas, hay que seguirles la huella por diferentes calles, donde ya han ofrecido sus exquisiteces…

Al tianguis llegan hombres y mujeres de hablar mixteco, zapoteco o náhuatl y que todavía mantienen viva la tradición prehispánica de: EL TRUEQUE, donde de manera justa y equitativa, se puede intercambiar una docena de tortillas azules, por un montón de aguacates, una vaca, por un asno y unas cuantas gallinas que hagan equilibrado el cambalache.O bien, se puede comerciar un manojo de romerillo, por una media docena de huevos pintos de guajalote… Y hablando de hierbas, es un verdadero placer caminar la calle de las plantas medicinales, en medio de un colorido espectacular, entre olores de laurel, té de monte, ajenjo e hinojo.Esa lluvia de sensaciones y sentires, ya tiene su calle fija en el tianguis, que mide más de 7 mil metros cuadrados y que se ha convertido en una importante fuente de trabajo para poblaciones aledañas y los propios habitantes de Ozumba de Alzate, pueblo que debe su nombre al científico José Antonio Alzate y Ramírez, familiar de Sor Juana Inés de la Cruz.

Regresando al tianguis, de los cerca de 4000 mil puestos que se instalan en las calles del pueblo, el 70 por ciento son de la región y el 30 por ciento de los estados, pero vengan de donde vengan, todos, obsequian una mirada de esperanza al marchante...

Al igual que los huaraches, los aparejos y textiles, la leña o el carbón que tienen designada una calle; las hojas para tamal, se encuentran en la calle Guillermo Prieto.

Todo tipo de semillas como maíz, lenteja, habas, frijol, garbanzo, pulque y recetas, que también se truequean, habitan por un día a la semana, la Avenida Juárez.A los chivos, vacas, caballos, asnos, marranos, conejos, borregos, se les encuentra en la contra esquina de la casa ejidal. A los gallos de pelea, guajolotes, gallinas, patos, garrapatas y corucos, ni Dios Padre los quita de las calles Juventino Rosas y Emiliano Zapata, que entre trinar de cenzontles y gorriones hacen posible que el tianguis, sea una alternativa productiva para hombres y mujeres que con sus animalitos en brazos, los ofrecen directamente al comprador, combatiendo al intermediarismo.Todo está bajo control y vigilancia en el tianguis. Parece que nada ha cambiado, desde la época prehispánica a nuestros días. Excepto porque los encargados de guardar el orden, ya no son los guerreros pochtecas que se identificaban por su vestimenta y sus peinados.
Ahora los encargados de cuidar del buen funcionamiento, se les llama policías y van vestidos de azul… pero aún, son los únicos que pueden deambular por el tianguis con armas.

Por fortuna, para disfrute de todos, sigue hasta nuestros días esa imagen espectacular y novedosa que sorprendió a los conquistadores, por la organización de los puestos establecidos conforme a los productos que se intercambiaban y variedades de mercancías destinadas al comercio.
Todos los meses del año la calle de Corregidora se viste de olores, colores y sabores distintos; fruta o verdura de temporada, ya el jitomate, la nuez, el capulín, el aguacate o la cacahuata, así, en femenino.

Las hábiles manos de los alfareros de San Marcos, desde Morelos, preparan su mercancía entre semana para ser los primeros en llegar y ocupar su sitio, desde las tres de la mañana, o bien, desde un día antes. La identidad de esta cerámica, la da el color de su barro amarillento, a ollas, platos, puerquitos, cazuelas, jarras, al natural o decorados con llamativos dibujos, pero por desgracia, la competencia del peltre y plástico está presente en otras calles, no en ésta…

En otra sección del tianguis, o intercaladas entre las diferentes calles, encontramos ollas y cazuelas con comida preparada, donde diligentes cocineras palmean tortillas que acompañan la humeante pancita, la cecina y platillos tradicionales como el chile-atole, birria, barbacoa, etc. que satisfacen las necesidades tanto de vendedores, como de la clientela cotidiana.
El tianguis de Ozumba de Alzate, rebasa los límites de lo imaginable, convirtiendo este sitio, en un espacio ritual, en una verbena popular, en un verdadero acontecimiento social.

Y en una fuente de trabajo, de agricultores, artesanos, cantantes, cocineras y diableros que se dedican al traslado de las mercancías, como lo hacían los antiguos tamemes, con una diferencia: antes la carga iba sobre la espalda, ahora sobre el peligroso diablito, que si uno se descuida, pasa por encima del juanete o del callo.

El oficio antaño, practicado por los arrieros, que llegaron a ser los amos de los caminos, ahora corre a cargo de grandes camiones y camionetas que se encargan de trasladar la mercancía al tianguis de Ozumba, en el que proliferan los estacionamientos.

Un agradecimiento muy especial al Sr. Varela quien en ausencia del cronista Manuel Martínez Torres, me dio un recorrido por sus recuerdos, como hijo del fundador del primer equipo de Básquetbol del pueblo, llamado Ellios…Y con orgullo, muestra las antiguas fotografías de su propiedad, del Ozumba de inicios del siglo pasado, cuando aun llegaba el tren, a la estación, ahora convertida en expendio de hielo.

Ozumba es cabecera municipal, se ubica en la porción sur oriente del Estado de México. Limita al norte con el municipio de Amecameca, al este con Atlautla, al oeste con Tepetlixpa y Juchitepec y al sur con el municipio de Yecapixtla, del estado de Morelos; tiene una extensión de 48.02 kilómetros cuadrados y está conformada por las delegaciones de San Vicente Chimalhuacán, San Mateo Tecalco, Santiago Mamalhuazuca, Tlacotitlán y Tlatecoyan, además de las haciendas Atempa y Actopan.

Si visita el tianguis es fácil reconocerlo en las faldas del Popocatépetl… Los pregones y letanías de las vendimias de todas sus calles, se elevan a los cuatro vientos con una algarabía multicolor, como papalote que pende de Ozumba de Alzate, gritando otra de las tradiciones que aún sobreviven.FIN

1. Wikipedia. La enciclopedia libre. “Ozumba de Alzate”. (en línea). (14 de abril 2012), (2 de mayo del 2012).

2. El Rincón del Vago. "Los mercados mexicanos a través del tiempo". (en línea). (Salamanca, 1998), (2 de mayo del 2012).

3. Información tomada físicamente en el lugar.

4.- Idea y Redacción: Huitzitzilin (UNAM)

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